Somos un grupo de personas a las que nos gusta subirnos al escenario. Pero también hay otras que nos apoyan en lo técnico, logística o comunicación.
El teatro es mi pasión desde la adolescencia. Comencé a leer y asistir a obras en Málaga desde joven, y a los 17 años debuté como actriz en un grupo de teatro escolar, una experiencia que me marcó. En 2017, en Bruselas, retomé el teatro con un curso y desde entonces no he parado. El teatro me permite expresarme artísticamente y me ha dado muchas satisfacciones, como formar parte de Tramedy, un grupo de amigos con quienes aprendo, me inspiro y sueño con nuevas realidades.
Desde pequeñita, en Bolivia, siempre me encantó subirme al escenario. A los 9 empece con teatro en el colegio para posteriormente unirme a la Escuela de Arte y Talentos. Al finalizar el colegio entre al Teatro Hecho a Mano, siendo parte de mas de 30 obras de teatro, dirigiendo, escribiendo, actuando y participando igualmente de Hecho Cuento como narradora oral. Ahora, con Tramedy, además, ayudo a que otros se suban al escenario.
Me gusta contar historias, así en general. Interpretarlas, escribirlas, narrarlas en voz alta o en voz baja, ya sea delante o detrás del escenario. Como suele pasar, empecé a interpretar frente al espejo, aunque ahora siento predilección por explorar aquello que ocurre cuando lo traspasas.
Mi amor por el teatro floreció en 2020 -un año poco privilegiado para las tablas - cuando decidí probar clases amateur. Apasionada de la lectura, la escritura y el cine, en Tramedy encuentro un espacio donde la multiculturalidad y el arte se fusionan. Como hablante nativa de español, me enorgullece compartir la riqueza de mi lengua materna en el escenario. Para mí, el teatro no es solo una forma de expresión, sino también una poderosa herramienta de empatía, donde conectamos a través de historias compartidas. Estoy emocionada por continuar creciendo con Tramedy, viendo el teatro como una ventana a nuevas expresiones artísticas y momentos inolvidables. ¡Nos vemos en el escenario!
Empecé a hacer teatro desde muy pequeña. Estuve en una escuela a los 7 años, y lo retomé más tarde en el instituto, con una asignatura de teatro griego. A pesar de no ser el estilo que más me apasiona, este me permitió descubrir distintos teatros de España y compartir grandes momentos. Más tarde me adentré en el mundo del clown, sin duda un mundo maravilloso que me ha aportado muchísimo a nivel personal. Con mi llegada a Bruselas retomé la actuación dramática. Estar encima de un escenario es pura adrenalina para mí. Quienes me conocen saben que las tablas me transforman.
Actué por primera vez en un festival del colegio, para representar una obra de dudosa calidad que yo misma había escrito. Desde entonces no he parado de interpretar y de asistir a diferentes talleres en España y el extranjero. En 2018, por fin, empecé a tomarme más en serio mi pasión por el teatro y eso me ha llevado a querer seguir aprendiendo y a formar parte de proyectos tan bonitos como Tramedy. Mis géneros favoritos son la comedia y el teatro musical.
Desde pequeña siempre había tenido curiosidad por hacer teatro, pero no terminaba de atreverme. Finalmente, en 2016, ya en Bruselas, decidí lanzarme a ello y descubrí una verdadera pasión que, desde entonces, me tiene totalmente enganchada. Hacer teatro, para mí, es un chute de energía y adrenalina. Por eso, en estos momentos, estoy muy entusiasmada de poder formar parte de un proyecto tan dinámico y ambicioso como Tramedy!.
Empecé muy tarde en esto del teatro, desde la butaca aunque con esa pregunta constante... ¿podría yo estar ahí? Allá por el año 2017, paseando por Bruselas vi un cartel sobre un curso de teatro y decidí que era el momento de pasar de ser espectador a subirme al escenario. Me gusta pensar que el teatro me permite seguir jugando como cuando era niño y no existían las vergüenzas y lo que la imaginación dictaba era realidad.
El teatro me ha atraído desde la infancia. Pero aparte de un cursillo cuando tenía unos 10 años, y de mi afición a imitar a la gente que me rodeaba y a contar anécdotas teatrales en las cenas familiares, nunca me he atrevido a dar el paso. Fue con la llegada de la pandemia de Corona y el deseo de practicar mi español cuando finalmente me lancé a actuar. Estoy muy contenta y agradecida de haber podido unirme a la compañía como no hispanohablante.
Inspirada por el cine, que tanto me gustaba, decidí inscribirme a cursos de interpretación a los 15 años. Ese fue mi primer breve contacto con el teatro aunque durante los años precedentes fui más espectadora que actriz. Fue cuando me mudé a Bruselas en 2019 que decidí volver a dar rienda suelta a este arte que tanto me apasiona. El teatro es para mí una gran fuente de inspiración, calma y réconfort
Inicié mi viaje en el mundo del teatro en 2019, guiado por un profundo respeto y curiosidad. Poco a poco, me he sumergido en este arte fascinante que, para mí, representa una forma de magia. Cada actuación se convierte en un momento único e irrepetible, un puente que nos reconecta con el aquí y ahora en una era marcada por una creciente desconexión.
Mi origen con el teatro empezó con 9 años en el colegio donde tuve que intepretar a Sancho Panza y a una piedra perdida en el bosque. Durante toda mi vida leí mucho teatro, español y francés sobretodo. Actuar siempre ha estado en mis venas, pero sin duda, tengo predilección por el arte de la improvisación. Estoy orgullo de pertener a Tramedy, un grupo de amigos actores con los que disfruto de mi pasión por el teatro. !Mucha mierda para todos!
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